Richard Thompson, expresidente del Real Colegio de Médicos británico y doctor personal de la reina Isabel II durante 21 años, ha reclamado que se realice una consulta pública urgente sobre “la eficacia de los fármacos” y que se revelen los manejos “turbios” de las compañías del sector y ha advertido sobre la influencia excesiva que poseen a la hora de prescribir medicamentos.
Sir Richard Thompson
Las personas que arremeten contra las farmacéuticas aseguran que muchos medicamentos provocan más perjuicios que beneficios, mientras que las supuestas bondades de algunos medicamentos no están debidamente constatadas.
Y es que el negocio farmacéutico mueve millones de dólares en todo el mundo. Al mismo tiempo, los excesos de medicación y el consumo de múltiples medicamentos cuya eficacia está en duda son algunos de los factores que provocan la muerte de miles de personas.
Entre los médicos que están impulsando el debate sobre el excesivo poder que ejercen las farmacéuticas sobre la actividad médica, se encuentra el cardiólogo Aseem Malhotra, que ha acusado a las empresas farmacéuticas de “jugar con el sistema”, invirtiendo dos veces más en marketing que en investigación.
Aseem Malhotra
El Dr. Malhotra sostiene que los medicamentos recetados a menudo hacen más daño que bien, y que los ancianos son el grupo que mayor riesgo corre por culpa de estas prácticas tan extendidas.
“Uno de cada tres ingresos hospitalarios entre los mayores de 75 años en el Reino Unido, son a consecuencia de una reacción adversa a un medicamento”
El Dr. Malhotra, que está poniendo en marcha la campaña de denuncia a título personal, es administrador del Think Tank del campo de la salud King’s Fund, miembro de la Academia de Reales Colegios Médicos y asesor del Foro Nacional de Obesidad del Reino Unido.
Malhotra está recibiendo el respaldo de Sir Richard Thompson, y del profesor John Ashton, presidente de la Facultad de Salud Pública; el psiquiatra Dr. JS Bamrah, presidente de la Asociación Británica de Médicos de Origen Indio; la cardióloga Rita Redberg, editora de la revista médica Archives of Internal Medicine; y el profesor James McCormack, un científico farmacéutico.
Malhotra señala directamente a la sanidad pública británica porque considera que sobremedica a sus pacientes y que los efectos colaterales derivados que provoca esa manera de actuar conducen a “innumerables muertes”.
Además, este cardiólogo indica que existe la sospecha de que ese “exceso de medicina” derive de los “incentivos financieros” vinculados con la prescripción y el aumento de los procedimientos, con lo cual acusa a las farmacéuticas de “jugar con el sistema” y de invertir el doble en propaganda que en investigación.
Malhotra es particularmente crítico con el reciente aumento dramático de la prescripción de estatinas y afirma que los datos completos sobre el poder de las estatinas y sus efectos secundarios no han sido publicados.
En farmacología, se conoce como estatinas a un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol en sus distintas formas, en pacientes que lo tienen elevado (hipercolesterolemia) y que presentan, por tanto, un mayor riesgo de desarrollar ateroesclerosis y de sufrir episodios de patología cardiovascular.
De hecho, cada vez más pruebas sugieren que los beneficios de las estatinas han sido muy exagerados y que sus efectos secundarios han sido ampliamente subestimados.
En las últimas semanas, dos grupos de investigación independientes en Japón y Francia, independientemente uno del otro, han puesto en duda la fiabilidad de muchos de los estudios anteriores patrocinados por la industria farmacéutica, que mostraban los supuestos beneficios de las estatinas.
De hecho, la investigación japonesa fue tan lejos como para sugerir que las estatinas pueden ser una de las causas del creciente número de afectados entre la población, de insuficiencia cardíaca.
Mientras tanto, el reputado cardiólogo francés Dr. Michel De Lorgeril, afirma que todos los estudios publicados después de 2006 no revelan ‘ningún beneficio’ de las estatinas para la prevención de enfermedades cardiovasculares en todos los grupos de pacientes.
Dr. Michel De Lorgeril
Entre otras diversas investigaciones sobre el daño provocado por determinados medicamentos, Malhotra cita una investigación realizada por la revista médica British Medical Journal, que a principios de este mes sugiere que el principal medicamento anticoagulante Rivaroxaban no es tan seguro como sugieren los datos de los ensayos, aunque el regulador sigue apoyando la comercialización del medicamento.
Asimismo denuncia que se produce “una financiación sesgada de la investigación, destinada a favorecer aquellos productos que sean más rentables, y no los que sean más beneficiosos para los pacientes, mediante informaciones sesgadas en revistas médicas”
“De hecho, tal y como dijo John Ioannidis, profesor de medicina y política de salud en la Universidad de Stanford: ‘como mayores sean los intereses financieros en un campo determinado, menos probable es que los resultados de la investigación sean verdad'”
“Todo ello lleva a conflictos de interés de carácter comercial y a una clara incapacidad de los médicos y los pacientes a la hora de entender las estadísticas de salud y el riesgo de los productos farmacéuticos”
“Todo lo anterior están contribuyendo a una epidemia de médicos y pacientes mal informados en el Reino Unido y en todas partes”
“Pero lo más preocupante de todo, es que esta situación desesperada está costando decenas de miles de vidas en todo el mundo”
“Además, el problema con la polifarmacia (tomar más de un medicamento a la vez), es que como más medicamentos se toman, más probable es que el paciente experimente efectos secundarios que luego son mal interpretados por un médico o enfermera como un síntoma de enfermedad que necesita tratamiento con medicamentos adicionales”
Hace unos meses, el director médico del NHS (Servicio Nacional de Salud de Inglaterra), Sir Bruce Keogh, admitió que uno de cada siete tratamientos del NHS, incluyendo operaciones, eran innecesarias y que no deberían haberse llevado a cabo en los pacientes.
Y en los EE.UU., se estima que un tercio de todas las actividades de cuidado de la salud no aportan ningún beneficio a los pacientes.
Esto está respaldado además por una observación hecha por la ex editora de la revista New England Journal of Medicine, la Dra. Marcia Angell.
En una conferencia pronunciada en la Universidad de Montana, en 2009, reveló que de los 667 nuevos medicamentos aprobados por la FDA entre 2000 y 2007, sólo el 11% eran considerados innovadores o eran una mejora de algún medicamentos ya existente.
Sin embargo, tres cuartas partes eran esencialmente sólo copias de los antiguos medicamentos, que eran recomercializados para ganar aún más dinero con ellos.
“Teniendo en cuenta el hecho de que la responsabilidad primaria de las compañías farmacéuticas es proporcionar beneficios a los accionistas, en lugar de preocuparse por la salud del paciente, eso no debería sorprender a nadie”, afirma el Dr. Malhotra.
Pero aparte del despilfarro financiero colosal que resulta de que las empresas lancen al mercado un mismo medicamento dos veces, y por lo tanto gasten el doble en marketing que lo que invierten en investigación y desarrollo, lo peor es el daño considerable sobre los pacientes y el público.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) informa que los efectos adversos de los medicamentos prescritos se han más que triplicado en la última década en los Estados Unidos, lo que ha dado lugar a más de 123.000 muertes en 2014 y 800.000 resultados de pacientes sufriendo efectos graves, incluyendo hospitalizaciones y discapacidades que amenazan su vida…aunque muchos expertos afirman que estos datos subestiman la verdad, que es mucho peor.
Uno de los expertos que lleva denunciando desde hace tiempo los peligros de la medicación moderna es Peter Gotzsche, profesor de diseño y análisis de la investigación en la Universidad de Copenhague.
Peter Gotzsche
Gotzsche estima que los medicamentos recetados son la tercera causa más común de muerte después de las enfermedades cardíacas y el cáncer.
En particular, está profundamente preocupado por el impacto de las drogas psiquiátricas como los antidepresivos y los fármacos contra la demencia.
Escribiendo en la revista British Medical Journal, ha calculado que son responsables de más de medio millón de muertes en las personas mayores de 65 años en la Unión Europea y en los Estados Unidos.
De hecho, debido a estas actitudes y manejos poco claros, entre 2007 y 2012 casi todas las farmacéuticas que se encuentran entre las 10 más importantes del mundo pagaron multas considerables por delitos como la tergiversación de resultados de investigación, el ocultamiento de información sobre los daños de sus productos y la comercialización ilegal de fármacos.
Y así lo empiezan a denunciar médicos reputados en países como el Reino Unido, donde empiezan a revelar que el sistema médico actual está controlado completamente por los intereses de la industria farmacéutica.
Sin embargo, aún hay gran cantidad de gente que se niega a ver esta evidencia y en muchos países, como por ejemplo España, los médicos apenas se atreven a denunciar las prácticas criminales de la industria farmacéutica, que han secuestrado por completo la práctica de la medicina, corrompiéndola y pervirtiéndola hasta convertirla en un mero negocio, infinitamente más preocupado de ganar ingentes cantidades de dinero, que de preocuparse de la salud de los pacientes.