La moderna ovnilogía
por lo general postula que los alienígenas vienen desde otro planeta o
dimensión. Pero ¿y si ellos han estado aquí desde el alba de los tiempos?. El
erudito autodidacta John Lash tiene una teoría más convincente arraigada en el
Gnosticismo: que algunos alienígenas son los Arcontes, estériles y corruptos
primos del hombre puestos aquí por las mismas fuerzas celestiales que crearon a
los seres humanos.
De los Arcontes se
murmuraba en los textos, después del incendio de la biblioteca de Alejandría
que contenía alguna mención de estos misteriosos seres. Pero los poderes
fácticos pasaron 1.300 años expurgando los archivos, y prácticamente han
suprimido a los Arcontes de la historia humana. En 1947 fueron encontrados unos
textos en jarrones de arcilla en Nag Hammadi, en Egipto. En esos textos había
una historia de lo que la gente de Nag Hammadi, hace 2.000 años, pensaba de qué
se trataba el mundo.
Del griego archai, “orígenes,
comenzar cosas, anteriormente en el tiempo”.
En el mundo clásico mediterráneo, arcón era comúnmente usado para el
gobernador de una provincia, o, más sueltamente, cualquier autoridad religiosa
o gubernamental. Por lo tanto, el plural, Arcontes es a menudo traducido en los
textos gnósticos como “las autoridades”. (No
hay palabra cóptica para Arconte, y así, los textos gnósticos usan el término
griego en la transcripción cóptica).
Pronunciado
Ar-konte. Adjetivo, Arcóntico (Ar-KON-tik).
En mi hábito usual de
procurar lo imposible, propongo tres definiciones, o tres niveles de
definición:
Nivel Uno: Cosmológico
En la cosmología
gnóstica, Arcontes son una especie de seres inorgánicos que emergieron en el
Sistema Solar antes de la formación de la tierra. Ellos son cyborgs habitando
el sistema planetario (exclusivo de la Tierra, Sol y Luna), el cual es descrito
como el mundo virtual (stereoma), ellos construyen por imitación las formas
geométricas emanadas del Pleroma, el reino de los Generadores, los Dioses Cósmicos.
Los Arcontes son una
especie genuina con su propio hábitat, y pudiera incluso ser considerado ser
casi divino, pero carecen de intencionalidad (ennoia: capacidad
auto-directiva), y tienen una repugnante tendencia a salirse de sus límites,
imponiéndose en el reino humano. Se dice que los Arcontes sienten intensa
envidia hacia la humanidad, porque nosotros poseemos la intencionalidad de la
cual ellos carecen.
El Mito de Gaia
describe cómo los Arcontes fueron producidos por impacto fractal en los densos
campos de formación elemental (dema) de los brazos galácticos, cuando el Eón
Sophia se arrojó unilateralmente desde el núcleo galáctico. Ver especialmente
el Episodio 10.
Este acontecimiento es
también descrito en detalle en Alien Dreaming (Sueño Alienígena).
Nivel Dos: Noetico-Psycológico
En la psicología
gnóstica, la ciencia noética de las Escuelas de Misterio, los Arcontes son una
fuerza alienígena que invade subliminalmente a la mente humana y desvía nuestra
inteligencia lejos de sus aplicaciones apropiadas y sanas. No son los que nos hacen
actuar inhumanamente, ya que todos nosotros tenemos el potencial de ir en
contra de nuestra humanidad innata, violando la verdad en nuestros corazones,
pero nos hacen sacar comportamiento inhumano hacia extraños y violentos
extremos.
La aberración contenida
es que, dejados a nuestro propio albedrío, nosotros a veces actuaríamos
inhumanamente para luego corregirlo. Obviamente, nos siempre lo hacemos. En la
exageración de nuestras tendencias insanas e inhumanas, y en una extrema y no
corregida desviación de nuestra inteligencia innata, los gnósticos vieron la
firma de una especie alienígena que cosquillea en las peores fallas humanas.
Por lo tanto, los
Arcontes son parásitos psico-espirituales. Sin embargo, como retoños del Eón
Sophia (ver inserto abajo), ellos son también nuestros parientes cósmicos.
Eon
Gk: “emanación, poder divino, ciclo de
tiempo cósmico” Pronunciado E-ON, Adjetivo, Eónico. Es decir, “filones de
eónicos soñando.”
(Mito de Gaia)
Este término esencial
en la cosmología gnóstica pudiera ser útil alejándose de los torpes términos
Dios y dioses. Un Eón es un dios entendido, no en términos teológicos, sino en
términos de las física de la conciencia.
Eones no son
entidades, sino procesos que pudieran ser mejor conceptualizados como
corrientes inmensas, pero corrientes que están vivas, auto-conscientes,
sensibles. La Diosa Sophia, quien se incorpora como Gaia es un Eón, por lo
tanto, el Eón Sophia.
Los Eones tienen
género. En algunos escenarios gnósticos, la contraparte masculina al femenino
Eón Sophia es el Eón Cristo. Ver también Generadores en los Comentarios de los
Mitos de Gaia.
Como entidades
inorgánicas de dos tipos, embriónica y reptil, los Arcontes pueden por momentos
penetrar la atmósfera terrestre y aterrorizar a los humanos, aunque no haya
razón u orden para estos saqueos, ya que los alienígenas no pueden permanecer
durante mucho tiempo den la biosfera y, de todas formas, no tienen un plan
maestro que lograr aquí.
El estado ontológico
del Arconte es dual:
-existen como una
especie alienígena independiente de la humanidad.
-existen como una
presencia en nuestras mentes, más bien como un sistema de programas operando en
nuestro ambiente mental.
El riesgo que suponen
invadiendo nuestro software mental es mucho mayor que cualquier riesgo físico
que pudieran plantear de manera irregular por irrumpir erráticamente la
biosfera.
Trabajando a través de
telepatía y sugestión, los Arcontes hacen la tentativa de desviarnos de nuestro
curso apropiado de evolución. Su técnica más exitosa es usar la ideología
religiosa para insinuar su manera de pensar y, en efecto, sustituir su forma de
pensar por la nuestra.
Según los gnósticos,
el salvacionismo Judeo-Cristiano es la trama primaria de los Arcontes, un
implante alienígena.
Nuestra capacidad de
discernir fuerzas alienígenas trabajando en nuestras mentes es crucial para la
supervivencia y la co-evolución con Gaia, quien, como Sophia, accidentalmente
produjeron los Arcontes, en primer lugar. (Este comentario pertenece al Nivel
Uno, la definición cosmológica, pero, como sucede a menudo con las enseñanzas
gnósticas, elementos noéticos y cósmicos tienden a combinarse).
Reconociendo y
repeliendo a los Arcontes, nosotros demandamos nuestro poder, definimos
nuestras fronteras en el marco de trabajo cósmico, y establecemos nuestro
propósito relativo a Gaia, la inteligencia propia del planeta.
Nivel tres: Sociológico
En la visión gnóstica
de la sociedad humana, los Arcontes son fuerzas alienígenas que actúan a través
de sistemas autoritarios, incluyendo sistemas de creencia, de forma que causan
que los seres humanos se vuelvan en contra de su potencial innato y violen la
simbiosis de la naturaleza.
LIVE (vivir)
deletreado al revés es EVIL (maldad), pero los Arcontes no son malvados en el
sentido de que ellos poseen poderes autónomos de destrucción, capaces de ser
aplicados directamente sobre la humanidad.
Ellos son agentes de
error más bien que malvados – pero error humano, cuando se va sin corregir y
corre más allá de la escala de corrección, se vuelve hacia la maldad y trabaja
en contra del plan de vida universal. Los gnósticos enseñaron que los Arcontes
explotan nuestra tendencia de dejar que nuestros errores se vayan sin corregir.
Porque los arcontes
necesitan la complicidad humana para ganar poder sobre la humanidad, cualquiera
que los asista puede ser considerado una clase de Arconte, un accesorio. ¿Cómo
le ayudan los humanos a los Arcontes?
Una forma (sugerida en
la definición del Nivel Dos) es aceptando los programas mentales de los
Arcontes – es decir, adoptando la inteligencia alienígena como si fuese basada
en humanos – e implementando aquellos programas realmente reforzándolas en la
sociedad. Otra manera es activa o pasivamente conforme a las agendas así
propuestas e impuestas.
Jacques Lacarriere
sugiere que los gnósticos detectaron la fase humanizada de los Arcontes en
todas las estructuras autoritarias y sistemas que niegan autenticidad y
auto-determinación para el individuo.
El argumenta que los
gnósticos reconocían,
“el carácter fundamentalmente corrupto de
todas las empresas humanas e instituciones: tiempo, historia, poderes, estados,
religiones, razas, naciones…”
(Los Gnósticos, Pág. 24)
La corrupción ocurro,
no porque nosotros cometemos errores, sino porque los errores que hacemos se
van sin corregir y se extrapolan más allá de la escala de corrección.
Lacarriere dice que los gnósticos alcanzaron esta conclusión “fuera de la
observación racional del mundo natural y comportamiento humano.”
En última instancia,
ellos afirmaron la,
“contención de todo poder – cualquier
clase que sea – es una fuente de enajenación… Todas las instituciones, leyes,
religiones, iglesias y poderes no son nada sino una vergüenza y una trampa, la
perpetuación de un engaño de edades de antigüedad.”
(Pág. 28-29)
Esto podría parecer
como una visión oscura de los asuntos humanos, pero dada la evidencia de la
historia (sin mencionar los sucesos actuales), no puede decirse que es injusto
o exagerado.
Para una ojeada íntima
de las enseñanzas gnósticas de los Arcontes, incluyendo consejo de cómo actuar
cuando son enfrentados directamente por ellos, consideran el pasaje del Primer
Apocalipsis de Juan, citado en Un Catecismo Gnóstico.
por John Lash
traducción de Adela Kaufmann
Versión original del sitio Web MetaHistory
bibliotecapleyades.net
traducción de Adela Kaufmann
Versión original del sitio Web MetaHistory
bibliotecapleyades.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario